Spoiler: “Gabriel se gana la confianza de todos mientras Andrés se hunde en sus sospechas”

En el capítulo 355 de Sueños de libertad, la trama toma un giro emocional y estratégico que cambia las dinámicas de poder en la colonia. Gabriel, motivado por el consejo de María, decide acercarse a Julia. Lo que parecía una simple charla termina convirtiéndose en una conexión genuina entre ellos. Desde la distancia, Pegoña los observa con una mirada de satisfacción. Para ella, ver a su primo integrarse de esa forma le genera esperanza.

Sin embargo, este acercamiento no es visto con buenos ojos por Andrés. Durante una comida anterior, su comportamiento con Gabriel fue cuestionado, y ahora, buscando arreglarlo, intenta disculparse con Begoña. Pero su gesto no tiene el resultado esperado. Ella, ya cansada de su actitud controladora, le responde con dureza. Le dice claramente que sus celos y críticas hacia Gabriel le recuerdan demasiado a la conducta de Jesús, lo cual despierta en Andrés un sentimiento de culpa.

Al mismo tiempo, doña Ana finalmente llega a la colonia para hablar con Cristina. Aunque la visita es tensa, logra ofrecerle algo de consuelo. Cristina, por su parte, sigue teniendo dificultades para concentrarse en el trabajo. Las emociones acumuladas la desbordan, por lo que busca apoyo en Luis, quien la escucha atentamente y le aconseja abrir el corazón a Ana antes de tomar decisiones apresuradas.

Mientras tanto, en la fábrica, la tensión aumenta. Don Pedro y Los Merino han convocado una reunión urgente ante la crisis con el nuevo perfume. Su propuesta: suspender la producción. Pero Damián, con un tono desafiante, se opone firmemente. Cree que rendirse no es la solución. Es entonces cuando Gabriel aparece como el héroe inesperado, ofreciendo una solución para los problemas de suministro. Su plan podría salvar la situación, pero a un costo elevado. A pesar de ello, Damián lo apoya de inmediato. Andrés, en cambio, no puede evitar sospechar que su primo está usando todo esto en su propio beneficio.

Por otro lado, Claudia interviene para mediar entre Irene y Cristina. Sus palabras logran ablandar a la joven, quien acepta verse con su madre biológica. No obstante, el encuentro no termina bien. Cristina, emocionalmente desbordada, rechaza nuevamente a Irene y le vuelve a cerrar la puerta. A pesar de los intentos de reconciliación, las heridas del pasado siguen abiertas.

En un acto de sinceridad, Julia se disculpa con Teo por haberle contado a Digna su intención de escapar. Aunque el niño se muestra dolido, pronto se da cuenta de que su amiga actuó por preocupación. La conversación entre ellos marca el inicio de una posible reconciliación.

Andrés, cada vez más inseguro y confuso, decide consultar con su hermana Marta sobre Gabriel. Pero ella le responde con claridad: debe dejar de ser celoso y permitir que Begoña tome sus propias decisiones. Este consejo le duele, pero también lo obliga a reflexionar sobre su comportamiento.

Más adelante, Begoña le cuenta a Andrés una verdad impactante: don Pedro negó la ayuda a Diosdado, y eso fue lo que lo llevó a robar en el dispensario. Esta revelación enfurece a Andrés, quien ahora tiene un nuevo objetivo: enfrentarse al empresario por lo que considera una injusticia imperdonable.

Damián también intenta reconciliar a Irene con Cristina. Pero cuando se acerca a la joven, ella lo confronta sin piedad. Le dice que él es el verdadero responsable de su dolor, acusándolo de haberla contratado con otras intenciones. Finalmente, le comunica su decisión: dejará Perfumerías de la Reina. Esta renuncia marca un punto de quiebre tanto para la empresa como para Irene.

Gema, ahora consciente del sufrimiento de Teo, le pide a Luz que la ayude a calmar al niño. La enfermedad y las dudas del pequeño se han convertido en un peso demasiado grande para él. Luz, como siempre, se muestra comprensiva y dispuesta a ayudar.

En medio de todo esto, Gabriel es testigo de un momento revelador. María, quien hasta ahora no había mostrado señales de recuperación, logra mover una pierna. Ella intenta ocultarlo, pero él lo nota. Le promete ayudarla a ver a un especialista, y le asegura que juntos lograrán vengarse de quienes les hicieron daño en Perfumerías de la Reina. Este juramento, aunque lleno de esperanza, deja entrever una posible agenda oculta.

El capítulo cierra con muchas preguntas: ¿Está Gabriel realmente interesado en ayudar o tiene un plan más oscuro en mente? ¿Logrará Andrés superar sus celos y ver las cosas con claridad? ¿Volverá Cristina a abrir su corazón a Irene?

En definitiva, este episodio muestra cómo los vínculos familiares, las lealtades y las ambiciones se entrelazan de forma compleja. Cada personaje enfrenta sus propios dilemas, y lo que está en juego no es solo el éxito de una empresa, sino también la red emocional que los une o los separa. La batalla entre la verdad y la sospecha apenas comienza.